LA PRODUCCIÓN TEATRAL
Información sobre esta disciplina tan poco conocida y valorada
La producción de teatro y la gestión de estos espectáculos en vivo es una profesión poco conocida y en ocasiones mal interpretada y relacionada con conceptos inadecuados.
La mencionada producción escénica surge por la necesidad de un determinado espectáculo artístico el cual requiere una gestión adecuada junto con la planificación necesaria de sus propios recursos para así poder conseguir como resultado final la mayor rentabilidad de los mismos.
La labor despeñada por un productor de espectáculos es bastante polifacética, pudiendo variar incluso dependiendo en la fase del proyecto en la que se embarque. Puede ser un productor que desarrolle todas las fases conocidas en el ámbito expuesto, o por el contrario ser el ayudante de producción al cual se le asignan determinadas tareas asignadas por el mismo, o podría también haber sido contratado para una fase ejecutiva, entrando en el proceso de seguimiento de los ensayos y el desarrollo del espectáculo hasta el día del estreno. No podemos olvidarnos del que es contratado para la venta del espectáculo, con lo cual entraría en la fase de explotación.
La figura del productor es una figura moderna en este medio, ahora se le puede contemplar desde dos perspectivas diferentes, la figura del empresario, y como técnico especialista en las competencias y tareas propias de la producción escénica del espectáculo en vivo. A ambos se les a diferenciado las competencias y las responsabilidades en la mayoría del los acaso, aún siendo compartida la misma meta.
En ocasiones la figura del empresario ha evolucionado en técnico especialista, aunque he decir que este último punto de vista diferente al del empresario es un perfil nuevo debido a que no todos los empresarios han sido capaces de ponerse al día, prefiriendo los mismos delegar en personas más especializas en el ámbito que estamos desarrollando.
En nuestro país este sector ha evolucionado conforme a las diferentes clases de salas en la que se exponen, la tecnología, los medio de comunicación e incluso la sociedad a la que va dirigida. Otros sectores del ocio como la televisión y el cine ya lo hicieron antes.
Un productor tiene que tener conocimientos de empresa, de administración y gestión contable, marketing, luz, sonido, maquillaje. . .pero no es una persona que tenga que dirigir el espectáculo, porque para ello ya existe el llamado director artístico, que configura esa idea, aunque de alguna manera, sí es la persona que esta coordinando todos los elementos que incluye ese proyecto.
No cabe lugar a duda que el productor es básicamente quien consigue los recursos necesarios. Si sus técnicas de comunicación no son las adecuadas su trabajo tendrá un rendimiento inferior. Es cierto que deben estar dotados de diversas disciplinas pero sin duda el trabajo de comunicación e intercomunicación son imprescindibles. Es importante para un productor entender que esta trabajando con un equipo creativo con sus peculiaridades humanas y técnicas por lo consiguiente el saber escuchar es un elemento básico para poder luchar y sacar adelante el objetivo principal que es la producción teatral. También es básico que un productor tenga la idea que quiere representar clara y para así poderlo transmitir sin dificultad.
La producción y gestión de espectáculos en vivo es una profesión poco conocida y, en muchas ocasiones, asociada en cuanto a conceptos con otras profesiones que poco tienen que ver, como la del productor musical, o la producción en cine o televisión. Para dar un poco de luz a este respecto en ISP hemos entrevistado Rosa Mª Peña Tirado, que es la coordinadora del área de producción y gestión de espectáculos en vivo del Centro de Tecnología del Espectáculo (CTE), dependiente del INAEM, ubicada en Madrid y que lleva desarrollando esta tarea desde hace veinte años.La mencionada producción escénica surge por la necesidad de un determinado espectáculo artístico el cual requiere una gestión adecuada junto con la planificación necesaria de sus propios recursos para así poder conseguir como resultado final la mayor rentabilidad de los mismos.
La labor despeñada por un productor de espectáculos es bastante polifacética, pudiendo variar incluso dependiendo en la fase del proyecto en la que se embarque. Puede ser un productor que desarrolle todas las fases conocidas en el ámbito expuesto, o por el contrario ser el ayudante de producción al cual se le asignan determinadas tareas asignadas por el mismo, o podría también haber sido contratado para una fase ejecutiva, entrando en el proceso de seguimiento de los ensayos y el desarrollo del espectáculo hasta el día del estreno. No podemos olvidarnos del que es contratado para la venta del espectáculo, con lo cual entraría en la fase de explotación.
La figura del productor es una figura moderna en este medio, ahora se le puede contemplar desde dos perspectivas diferentes, la figura del empresario, y como técnico especialista en las competencias y tareas propias de la producción escénica del espectáculo en vivo. A ambos se les a diferenciado las competencias y las responsabilidades en la mayoría del los acaso, aún siendo compartida la misma meta.
En ocasiones la figura del empresario ha evolucionado en técnico especialista, aunque he decir que este último punto de vista diferente al del empresario es un perfil nuevo debido a que no todos los empresarios han sido capaces de ponerse al día, prefiriendo los mismos delegar en personas más especializas en el ámbito que estamos desarrollando.
En nuestro país este sector ha evolucionado conforme a las diferentes clases de salas en la que se exponen, la tecnología, los medio de comunicación e incluso la sociedad a la que va dirigida. Otros sectores del ocio como la televisión y el cine ya lo hicieron antes.
Un productor tiene que tener conocimientos de empresa, de administración y gestión contable, marketing, luz, sonido, maquillaje. . .pero no es una persona que tenga que dirigir el espectáculo, porque para ello ya existe el llamado director artístico, que configura esa idea, aunque de alguna manera, sí es la persona que esta coordinando todos los elementos que incluye ese proyecto.
No cabe lugar a duda que el productor es básicamente quien consigue los recursos necesarios. Si sus técnicas de comunicación no son las adecuadas su trabajo tendrá un rendimiento inferior. Es cierto que deben estar dotados de diversas disciplinas pero sin duda el trabajo de comunicación e intercomunicación son imprescindibles. Es importante para un productor entender que esta trabajando con un equipo creativo con sus peculiaridades humanas y técnicas por lo consiguiente el saber escuchar es un elemento básico para poder luchar y sacar adelante el objetivo principal que es la producción teatral. También es básico que un productor tenga la idea que quiere representar clara y para así poderlo transmitir sin dificultad.
Buenos días Rosa, ¿nos cuentas en qué consiste esta profesión: la producción y gestión de espectáculos en vivo?
La producción escénica surge por la necesidad que tiene un espectáculo artístico o creativo de gestionar y planificar sus recursos para conseguir la mayor rentabilidad de los mismos, con lo cual es evidente que un productor está al servicio de un proyecto artístico. Esta idea define muy bien lo que van a ser sus funciones, competencias y tareas.
La labor que desarrolla un productor de espectáculos es bastante polifacética y puede variar incluso dependiendo de en qué fase del proyecto se incorpore. Puede ser un productor que desarrolle todas las fases de la producción, o ser un ayudante de producción, si toma bajo su responsabilidad una parte de esas tareas que le asigne el productor, empresario, director, etc. o podría también haber sido contratado para una fase ejecutiva, y entraría posteriormente a la planificación, realizando el proceso de seguimientos de los ensayos y el desarrollo hasta el día del estreno. También puede suceder que le contraten para la venta del espectáculo, con lo cual entraría en la fase de explotación.
Las técnicas que intervienen en la producción se llevan ejerciendo desde hace muchos años, sobre todo en otros sectores empresariales, aunque pocos en el mundo del espectáculo, al menos de una manera ordenada.
La figura del productor es una figura moderna en este medio y, habitualmente, se la ha confundido con la de empresario. Actualmente, además de existir la figura del empresario, en un proceso de producción también se contempla un técnico especialista en las competencias y tareas propias de la producción escénica del espectáculo en vivo.
De empresario-productor se ha pasado a un trabajador especializado, quedando finalmente diferenciadas sus competencias y responsabilidades en la mayoría de los casos; aún compartiendo la misma meta desde el punto de vista del proyecto.
Un productor que ejerce sus tareas y competencias al servicio de un proyecto creativo, ¿es un empresario o no es un empresario?
Pues depende, puede o no puede serlo. Un director, un actor, o un productor pueden asumir esta responsabilidad o competencia, montar una empresa y producir ese proyecto para sacarlo adelante.
A veces los pocos recursos económicos con los que cuenta una compañía obliga a una persona a ejercer varios perfiles profesionales diferentes, y eso genera confusión, también lleva consigo grandes riesgos, ya que no se suelen tener claras sus responsabilidades y las consecuencias pueden no ser las deseadas.
¿Es una evolución natural del oficio, o una delegación de tareas?
Creo que han influido ambas situaciones, este es un perfil nuevo y no todos los empresarios han sido capaces de ponerse al día, o han preferido delegar esta tarea en personas más preparadas para ello. Ésta es una profesión en pleno proceso de cambio, por lo tanto, nosotros no dejamos de trabajar sobre los contenidos formativos y, al mismo tiempo que se está formando a los futuros productores, se está investigando coordinadamente nuevos métodos y clavando nuevas tablas en la construcción de lo que debe ser esta tarea, ya que no hay libros de texto que hablen de ello, aunque sí alguna publicación basada en experiencias personales y otras más didácticas. Es una especialidad laboral hasta ahora claramente incrustada en la filosofía del “Al andar se hace camino”.
El empresario español ha ido evolucionando empujado por estos cambios. Piensa en los diferentes tipos de espectáculos que se ofrecen y la gran cantidad que hay, las diferentes clases de salas en las que se exponen, la tecnología, los medios de comunicación, e incluso la sociedad a la que va dirigida. Al cambiar todo esto, también se exigen nuevas técnicas para evolucionar. Otros sectores del ocio, como el cine o la televisión, lo hicieron mucho antes que nosotros.
Trabajáis dentro del sector de ocio, pero ¿qué supone esto para las sociedades modernas?
Si miramos a nuestro alrededor, vemos que hay una gran oferta de actividades encaminadas al ocio en esta sociedad. El Teatro y las Artes Escénicas compiten con todo esto, con su faceta cultural. No podemos olvidar que sin un rendimiento económico la mayoría de los productos y las salas no existirían. El teatro y las artes escénicas forman un sector muy chiquitito comparado con el deporte, el cine, etc., pero ahí está representado y preparado para competir.
¿Cómo se va definiendo la producción que, como dices, está en plena evolución?
Existe gran diversidad de empresas (pequeñas, medianas, grandes), públicas, privadas... Todas ellas tienen estructuras orgánicas diferentes. Algunas tienen muy definidos estos perfiles y otras no, pero todas ellas tienen la necesidad de rentabilizar sus productos. Esta coincidencia nos hace pensar que todos tendrían que trabajar en sus planes estratégicos para conseguir sus objetivos.
Si eres un grupo de teatro pequeñito y tienes como objetivo la explotación de tu producto, eres igualmente un empresario y te interesa tener una labor de producción eficiente, porque, indiferentemente a tu tamaño, tienes que enfrentarte a desafíos, no iguales que los grandes, pero desafíos que has de salvar. Tendrás que competir con otros proyectos, iguales, menores o mayores y mantener tu plan de viabilidad igual que los grandes, salvando las diferencias, claro, pero el núcleo de la tarea es la misma.
Y bueno sí, es cierto que las formas de conseguir esa meta es diferente de una sala a otra, incluso por el tipo de producto. No es lo mismo trabajar con un musical que en un monólogo, por ejemplo, y no es lo mismo tampoco, un monólogo en el Centro Dramático Nacional que en una compañía pequeña o en una sala privada grande. Pero la meta de la rentabilidad sobre lo que se ha de trabajar eso sí es igual para todas. Quiero aclarar que cuando hablo de rentabilidad no sólo me estoy refiriendo a rentabilidad económica, sino también a rentabilidad social, etc.
¿Cómo afrontáis el trabajo de esta docencia y cuáles son vuestras metas?
En este momento, en el Centro de Tecnología del Espectáculo se está trabajando en la actualización y adaptación de programas formativos a las necesidades reales del medio, y para ello tenemos en cuenta la demanda que existe desde la parte empresarial, además de mantener el contacto como socios en el ámbito formativo con otros proyectos europeos, como el programa FIRCTE (Formación Inicial y Reconocimiento de Competencias de las Técnicas del Espectáculo). También estamos trabajando junto al Instituto Nacional de Cualificaciones por el reconocimiento de las profesiones del espectáculo en vivo y la elaboración de estas cualificaciones.
¿Tiene salida profesional, vuestros alumnos son demandados por el medio? ¿Cuántos alumnos suelen encontrar trabajo después del curso?
El índice de inserción laboral de los alumnos de producción ha ido en aumento en los últimos años, llegando a obtener el 100% en esta última promoción. Esta respuesta del medio es una motivación para continuar con esta labor de formación, es un dato más que nos muestra la necesidad que el sector tiene de profesionales formados en estas lides.
¿Qué formación crees que debe tener un técnico de estas características?
Un productor tiene que tener conocimientos de dirección de empresa, de administración y gestión contable, marketing, organización, economía financiera, etc., etc. Y así podríamos seguir por todas las áreas técnicas también: luz, sonido, maquillaje... Pero no es una persona que tenga que dirigir el espectáculo, porque ya hay una persona, que es el director artístico, que configura esa idea; aunque de alguna manera, sí es la persona que está coordinando todos los elementos que incluye ese proyecto, con la finalidad de conseguir una unión de esfuerzos, o dicho de una manera más prosaica: conseguir que todos los remeros empujen al unísono y de manera continuada en el tiempo.
Este perfil profesional tiene que disponer de conocimientos muy claros sobre el proceso de trabajo de cada una de las áreas artísticas y técnicas que intervienen en este hecho.
Se tiene que tener en cuenta el funcionamiento de los equipos a nivel humano, no nos podemos olvidar que estamos trabajando juntos por conseguir un objetivo común: el estreno de un producto artístico, y esto no sólo es una idea romántica. Al productor lo veo como un técnico más, otro “actor en la sombra”, cuya labor es configurar un proyecto técnico de comienzo a fin o ayudar a configurarlo. Ahora bien, una parte importante de su tarea es trabajar con recursos económicos y humanos. Pero no necesariamente tiene que haber pasado por estudios profundos de economía, derecho, etc.
La iniciativa creativa es del artista y el productor le va a contar a este las posibilidades disponibles para sacar a delante el proyecto y comercializarlo.
¿Cuáles son las herramientas que un productor escénico maneja habitualmente?
La comunicación, ¡sin duda! El productor es básicamente un conseguidor de recursos y un coordinador de equipos. Si sus técnicas de comunicación no son buenas, su trabajo tendrá un rendimiento inferior. Soy consciente de la importancia de otras disciplinas dentro de su tarea pero, sin duda, el trabajo de comunicación e intercomunicación es imprescindible.
Es importante para un productor entender que está trabajando con un equipo creativo, con sus peculiaridades humanas y técnicas, no es un tetrabrick de leche. Saber oír y escuchar para poder encajar las cosas y poder sacarles el máximo rendimiento es imprescindible.
Junto con la comunicación, la claridad de ideas es otra de las herramientas importantes. Si un productor no tiene claro el proyecto en el que está involucrado, difícilmente lo va a poder trasmitir. No consiste en ser una persona que hable por los codos, sino una persona organizada, planificada y que tenga claro aquello que quiere trasmitir.
Hay una gran confusión entre productores artísticos, ejecutivos, productores empresariales, etc.
El técnico de producción de espectáculos en vivo trabaja con recursos diferentes. Creo que habría que hacer dos diferencias: la del productor musical y el productor empresarial o ejecutivo. El primero tiene una competencia claramente creativa, ya que trabaja artísticamente en un disco o canción. Y los segundos tienen competencias más empresariales, relacionadas con las tareas administrativas, gestión y coordinación, como sucedería con el productor de espectáculos en vivo.
Has comentado que la producción tiene varias fases, ¿cuáles suelen ser?
A diferencia de cualquier otro técnico que interviene en un espectáculo en vivo, el productor tiene unos ciclos mucho más largos de trabajo. Empieza desde que se incuba la idea (si es que es llamado desde la primera fase del proyecto), cuando hay bastante trabajo administrativo: hay que convocar a gente, hay que mirar derechos de autor, además de gran cantidad de trámites, etc.
La historia comienza con un director artístico que le va contando la idea al productor. Ésta sería una primera fase de incubación. Todas estas fases pueden tener unos plazos muy diferentes, desde meses hasta años.
Después se pasa a una fase de planificación y, una vez que ya tienes los recursos económicos, humanos y técnicos necesarios, pasas a la fase de realización ejecutiva, donde se pone en marcha todo el proyecto, hasta culminar con el estreno, momento a partir del cual empieza toda la fase de explotación, distribución y venta.
Pero incluso la labor del productor puede continuar con la caída del último telón, entonces empieza su última fase, empaquetar este proyecto y hacerlo pasar a las giras, la hibernación o el cierre indefinido una vez que ha cumplido su ciclo vital. Aquí también tenemos tareas que hacer, entre otras está la reflexión sobre el camino recorrido con el proyecto, trasladar a otra plaza todo el equipo humano y material, o finalizar el proyecto, desconvocar a los equipos, almacenarlo o deshacernos del material utilizado, ultimar la memoria ordenando la documentación, etc.
Como verás es importante tener claras todas las fases que intervienen para poder reconocer la labor que realizan los técnicos de producción.
Con ello intento mostrar y trasmitir la idea de que un productor es mucho más que aquel que busca por toda una ciudad una copa verde, como es la idea tópica.
El técnico de producción, ¿un técnico más?
¡Por supuesto! En un espectáculo en vivo nos encontramos con diferentes perfiles laborales, algunos son especialmente evidentes, porque el resultado de su trabajo se ve reflejado de una manera clara en el escenario. Se ve al interprete como elemento artístico y creativo; acompañándolo y arropándolo está todo el resto de elementos técnicos y humanos: la escenografía, que la mueve el maquinista; el candelabro, la silla o la espada del protagonista, de todo lo cual se encarga el utilero; el sonido; la iluminación, vestuario, caracterización, etc. Coordinando a todos ellos y responsabilizándose que todos esos elementos lleguen al escenario en su momento y en su forma correcta durante la función, está el regidor. Y, como soporte o cimiento de esta labor y con igual protagonismo, están las personas dedicadas a la producción, que se encargan de poner de acuerdo a todas esas diferentes personas, planificando las realizaciones necesarias y coordinando los equipos en las distintas fases y, además, cumpliendo los plazos y etapas previstos en el proyecto o, en su caso, adaptándolo lo mejor posible sin apartarnos del objetivo marcado. Es una figura similar a la estructura o esqueleto sobre el que se van fijando los distintos elementos que lo componen.
Pero aún quiero ir más allá, el productor continúa atento a lo que ocurre, tanto en el escenario como en el público. Es otro “actor en la sombra”, al igual que el resto de técnicos, porque todos hacen posible el milagro del estreno de un espectáculo.
El Centro de Tecnología del Espectáculo es un centro público dependiente del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música - Ministerio de Cultura. Nació en 1987 con el objetivo de cubrir la necesidad de una formación especializada en las profesiones técnicas y de gestión de espectáculos en vivo, así como de impulsar el sector.
Ofrece una programación flexible, con el objetivo de adaptarse a una realidad profesional en constante evolución. En este sentido, el CTE programa cursos de formación inicial y continua, dirigidos a formar técnicos y gestores especializados en espectáculos en vivo. Todos los programas contemplan la peculiaridad de estos oficios que trabajan inmersos en proyectos artísticos.
Las especialidades que se abordan en el centro son:
Construcción de Decorados, Maquinaria Escénica y utilería.
Producción y Gestión de Espectáculos - Regiduría Escénica.
Técnico de Iluminación.
Técnico de Sonido.
Técnico de Vestuario en Artes Escénicas.
Caracterización.
Elementos básicos
El teatro como se ha podido observar, constituye un todo orgánico del que sus diferentes elementos forman una parte indisoluble. Esos elementos, no obstante, poseen cada uno características y leyes propias y, en función de la época, de la personalidad del director o de otras circunstancias, es habitual que se conceda a unos u otros mayor relevancia dentro del conjunto.estos elementos son:
Texto
Las obras dramáticas se escriben en diálogos y en primera persona, en el que existe las acciones que van entre paréntesis, (llamado lenguaje acotacional)
En la tradición occidental, el texto, la obra dramática, se ha considerado siempre la pieza esencial del teatro, llamado "el arte de la palabra". Dado que, de forma más matizada, esta orientación predomina también en las culturas orientales, cabe cuando menos admitir como justificada tal primacía. A este respecto deben hacerse, no obstante, dos consideraciones: en primer lugar, el texto no agota el hecho teatral, pues una obra dramática no es teatro hasta que se representa, lo que implica como mínimo el elemento de la actuación; en segundo lugar, son numerosas las formas dramáticas arcaicas y los espectáculos modernos que prescinden por completo de la palabra o la subordinan a elementos cual la mímica, la expresión corporal, la danza, la música, el despliegue escénico.
El hecho de que la obra sólo adquiera plena vigencia en la representación determina además el carácter distintivo de la escritura dramática respecto a otros géneros literarios. La mayoría de los grandes dramaturgos de todos los tiempos, desde los clásicos griegos al inglés William Shakespeare, el francés Molière, el español Pedro Calderón de la Barca o el alemán Bertolt Brecht, basaron sus creaciones en un conocimiento directo y profundo de los recursos escénicos e interpretativos y en una sabia utilización de sus posibilidades.
Dirección
La personalidad del director como artista creativo por derecho propio sólo se consolidó, según se apuntó anteriormente, a fines del siglo XIX. Su figura, de cualquier forma, había existido siempre, en cuanto responsable de la coordinación de los elementos que representan, desde la escenografía a la interpretación. A él corresponde, en definitiva, convertir el texto, si existe, en teatro, por medio de los procedimientos que juzgue precisos. para inducir a la reflexión por los alemanes Bertolt Brecht y Erwin Piscator o el ascetismo del polaco Jerzy Grotowski
Actuación
Las técnicas de actuación han variado enormemente a lo largo de la historia y no siempre de manera uniforme. En el teatro occidental clásico, por ejemplo los grandes actores, los "monstruos sagrados", tendían a enfatizar las emociones con objeto de destacar el contenido de la obra, en la comedia del arte el intérprete dejaba rienda suelta a su instinto; los actores japoneses del Nō y kabuki, hacen patentes determinados estados de ánimo por medio de gestos simbólicos, bien de gran sutileza o deliberadamente exagerados.
En el teatro moderno se ha impuesto por lo general la orientación naturalista, en que el actor por medio de adquisición de técnicas corporales y psicológicas y del estudio de sí mismo y del personaje, procura recrear en escena la personalidad de éste. Tal opción, evolucionada en sus rasgos fundamentales a partir de las enseñanzas del ruso Konstantín Stanislavski y muy extendida en el ámbito cinematográfico, no es desde luego la única y en último extremo la elección de un estilo interpretativo depende de características del espectáculo y de las indicaciones del director.
Sin embargo, actualmente, a inicios del siglo XXI, la actuación teatral con tendencia naturalista está siendo replanteada seriamente. La teatralidad contemporánea requiere una crítica del naturalismo como simple reproducción del comportamiento humano, pero sin lazos con su entorno. Actualmente ha habido grandes transformaciones del trabajo de Stanislavski siendo las más importantes Antonin Artaud, Jerzy Grotowsky Étienne Decroux y Eugenio Barba. Estas técnicas, llamadas actualmente extracotidianas implican una compleja síntesis de los signos escénicos.
Otros elementos
De forma estricta, se entiende por decorado al ambiente en que se desarrolla una representación dramática, y por escenografía, al arte de crear los decorados. Hoy en día, tiende a introducirse en el concepto de "aparato escenográfico" a todos los elementos que permiten la creación de ese ambiente, entre los que cabría destacar fundamentalmente a la maquinaria o tramoya y la iluminación.
En la antigüedad, la escenografía se hallaba condicionada a limitaciones técnicas y arquitectónicas, circunstancia que se mantuvo durante toda la Edad Media. Fue ya a fines del Renacimiento y, sobre todo, durante los siglos XVII y XVIII, cuando la escenografía comenzó a adquirir realce, gracias al perfeccionamiento de la perspectiva pictórica, que permitió dotar de mayor apariencia de profundidad al decorado, y posteriormente al desarrollo de la maquinaria teatral. En el siglo XIX, con la introducción del drama realista, el decorado se convirtió en el elemento básico de la representación. El descubrimiento de la luz eléctrica, en fin, dio pie al auge de la iluminación. Las candilejas, que en principio eran un elemento accesorio, se consideran poéticamente un símbolo del arte teatral.
Estrechamente vinculado con la concepción escénica, se ha hallado siempre el vestuario. En el teatro griego, la tosquedad de los decorados se compensaba por medio de máscaras —trágicas o cómicas— y las túnicas estilizadas de los actores, cuyo objeto era de resaltar el carácter arquetípico de los personajes. Durante el Barroco y el Neoclasicismoadquirieron importancia el maquillaje y el vestuario, si bien éste se empleó a menudo de forma anacrónica —se representaba por ejemplo una obra ambientada en Roma con ropajes franceses del siglo XVII hasta la aparición del realismo. En la actualidad, la elección del vestuario no es sino un elemento más dentro de la concepción general del montaje.
Véase también
- Historia del teatro
- Actuación
- Comedia
- Drama
- Dramaturgia
- Ópera
- Taller de teatro
- Teatro kabuki
- Teatro de marionetas bunraku
- Mimo corporal dramático
- Teatro Nō
- Teatro (arquitectura)
- Teatro de estilo Art Déco
- Teatro de estilo isabelino
- Teatro de estilo italiano
- Teatro de estilo post
- Teatro de vanguardia
- Teatro del absurdo
- Teatro en la educación
- Teatro físico
- Tragedia
- Tragicomedia
- Match Impro